viernes, 22 de mayo de 2015

High School DxD - Vol 9 - Vida 0

Vamos a ir dando comienzo a la novena novela con el típico capítulo introductorio en el que nos vamos enterando de algunas cosillas de por donde va a ir tirando la trama. Parece que no todo el mundo está contento con que Ise se vaya unos días de viaje a ver Kyoto...


¡Demonios, Ángeles Caídos y Dragones son… enemigos de la humanidad…! ¡Es de sentido común…! Y tú… siendo Demonio y Dragón… ¡Los humanos… no pueden verte… sino como una amenaza!


Vida 0

“Por favor... Ise-kun, déjame...”

Una noche antes del viaje de estudios.

Con su largo pelo suelto, ¡Akeno-san me tenía acorralado en la cama!

Akeno-san llevaba puesto su yukata de una forma tan holgada que había empezado a resbalarse, dejándome ver la blanca piel de sus hombros. Y no sólo de los hombros, también podía empezar a verle parte de los pechos...

Glub.

No pude evitar tragar saliva, sin poder quitarle los ojos de encima a sus pezones rosaditos, que ya empezaban a asomarse. Con una intención totalmente seductora, ¡Akeno-san empezó a avanzar hacia mí a cuatro patas!

¡Podía ver como sus oppai botaban con cada movimiento que hacía, creando escenas que guardaría en mi mente mientras viviera!

“Vas a abandonarme para ir a divertirte a Kyoto...”

Gritó Akeno-san con voz triste mientras rodeaba mi cuello con sus brazos y apretaba su suave cuerpo contra míiiiiiiiiiii.

“P-Pero ¿qué dices, Akeno-san? Sólo son cuatro días y tres noches. Volveremos a vernos enseguida.”

Le contesté animadamente. Para ser sinceros, la sensación de tener tan pegado el cuerpo de Akeno-san hacía que mi cabeza no diera para mucho más.

¡Su yukata casi se le había resbalado por completo y Akeno-san se estaba aproximando a mí completamente desnuda!

BLUUUUUURGH...

L-La dulce fragancia del pelo negro y sedoso de Akeno-san... Su piel estaba caliente, seguro que acababa de salir de la bañera hacía nada.

Akeno-san se recostó sobre mi pecho y habló como si estuviera a punto de empezar a llorar.

“¿No voy a poder verte en dos días enteros...? Podría morirme estando tanto tiempo solita...”

¿De qué iba todo esto...? Desde nuestro combate contra Loki, Akeno-san me mimaba incluso más que antes siempre que estábamos los dos solos. Cuando estábamos viendo la tele en el salón, se acercaba y apoyaba su cabeza en mi hombro. Cuando me invitaba a ir de compras y le respondía que estaba un poco liado, ponía cara de estar enfadada, aunque seguía estando guapísima. Luego, cuando al final cambiaba de idea y le decía que vale, se le iluminaba la cara con una sonrisa preciosa. Su voz y su carácter se transformaban en el de una jovencita que fácilmente podría pasar por una chica de primero o incluso más joven.

Era tan mona que incluso había algunos aspectos en los que superaba a Buchou. Aunque en la academia seguía manteniendo su actitud de Onee-sama, como siempre, todo cambiaba cuando estaba conmigo...

¡Buchou y Akeno-san han debido estar ocultando su arte de ‘asesinarme por comportamientos tan monos’!

Akeno-san me cogió de las manos, entrelazando sus dedos con los míos.

“Así que, esta noche voy a tener que saciarme por cuatro días y tres noches de ti.”

“¿S-Saciarte...?”

Notaba como mi cerebro estaba a punto de empezar a fundirse, pero aguanté el tirón y hasta pude preguntarle aquello. Si una Akeno-san tan mona quería pasar un rato conmigo, sentía como si pudiera morir hoy mismo sin tener nada de lo que lamentarme.

“Sí, saciarme. Acariciar tu piel, dejar que tú lo hagas con la mía, sentir tu hombría... Hoy seré capaz de experimentar el verdadero significado de ser una mujer.”

¡Aquellas palabras me estaban excitando más de la cuenta y no era capaz de detener la hemorragia de mi nariz! ¡Mierda, mierda...! ¡Que era mi senpai! Aunque estuviera tan mona que pasaría por una chica mucho más joven, ¡no podía olvidarme que debía respetarla!

“C-Cómo podríamos hacer eso... S-Sólo soy tu kouhai...”

“Por favor, no uses esos términos en momentos como este...”

Akeno-san me interrumpió. Sus ojos tenían un brillo que parecían estar preguntándome “¿Por qué?”.

“P-Pero, Akeno-san, eres mi senpai y...”

Akeno-san agarró con fuerza las sábanas de la cama.

“No hay ni senpai ni kouhai en una cama. Sólo hombres y mujeres. Eso es lo único que importa.”

“H-Hombres y mujeres...”

Glub... Otra vez tuve que tragar saliva. ¡H-Hombres...! ¡M-Mujeres...! ¿A-A qué venía todo esto? ¿¡Qué clase de irresistible fuerza erótica guardaban esas palabras!?

Akeno-san empezó a acercar su cara a la mía y cuando nuestros labios estaban a punto de tocarse... Ah, en momentos como este casi siempre aparece...

“¿Akeno? ¿Qué estás haciendo...?”

...

Sentir la presencia de ese poder demoniaco era difícil de describir. Giré lentamente la cabeza para encontrarme a mi Onee-sama de pelo carmesí emitiendo un aura peligrosa... ¡Pues claro! Si ya lo sabía...

¡Su largo pelo carmesí estaba flotando de la fuerza del aura que estaba emitiendo! ¡Esta vez fijo que me mataba!

Akeno-san soltó una risita seductora y empezó a acariciarse el pelo.

“Vaya, vaya... Qué miedo. Onee-sama nos está mirando a Ise-kun y a mí. No te habrás puesto celosa al vernos así, ¿verdad? Ufufu.”

“Sólo he ido un momento a darme un baño y ya has venido a seducir a Ise. ¿Tan osada te has vuelto?”

“Siempre he sido igual de osada, siempre. Mira, así...”

¡Akeno-san pegó su cuerpazo a mi piel y empezó a frotarse, estimulando todo mi cuerpo! ¡La cara! ¡Pechos! ¡Brazos! ¡Muslos! ¡Sentir toda su suave y única feminidad estaba haciendo que empezasen a saltarme todas las alarmas del cuerpo!

“Bien dicho... Akeno-san es demasiado listilla...”

¡...! ¡Una tercera voz! Recobré el juicio para descubrir que tenía a alguien abrazándome por la espalda. Cuando miré...

“¿¡Koneko-chan!? ¿C-Cuándo has...?”

Sí, ¡era Koneko-chan! ¿Había ocultado su presencia para colarse en la habitación? Llevaba un vestido blanco muy ligero, sus orejitas y cola de gato fuera y ¡me estaba abrazando la cabeza con su pequeño cuerpecito!

¡Mmmmmm! El cuerpo de Koneko-chan también era suave y delicado, con un olor muy dulce...

“Yo tampoco quiero separarme de Senpai... Senpai, el tratamiento de senjutsu de esta noche tendrá que ser mayor para cubrir esos días...”

¡Koneko-chan se pegó a mi espalda mientras también parecía sentirse sola!

¿Esta sensación tan increíble era lo que se sentía cuando una chica pequeñita te abrazaba por la espalda? La suave cola blanca de Koneko-chan se enrolló en mi cintura. Ah, el pelaje de la cola de Koneko-chan era tan agradable al tacto...

¡Por cierto, Koneko-chan! Ese tipo de cosas sólo solías hacerlas cuando estábamos los dos solos... ¿¡No te importa que alguien más te vea así!?

¿¡O es que como me iba de viaje has decidido actuar igual que Akeno-san!?

“H-Hasta Koneko... Pero es mío... Es mi querido Ise... ¡Os estáis pasando de la raya!”

Esto estaba siendo surrealista. Delante de mí, ¡Buchou estaba temblando mientras hacía pucheritos! ¡Onee-sama! ¡Estás monísima con esa carita!

BLAM

Con un sonido, la puerta se abrió. Allí estaba Asia.

Al ver la situación, empezó a gritar.

“¿Cómo...? ¿¡Cómo habéis podido...!? ¡No sólo Rias onee-sama, sino Akeno-san y Koneko-chan también! Ooh... ¿y me dejáis fuera a mí...? ¡Ni hablar! ¡Yo también me apunto!”

¡Asia saltó encima de la cama! Me cogió la pierna firmemente, ¡como si estuviera decidida a no soltarla nunca!

“¡No os dejaré a Ise-san! ¡Esta noche tenemos que dormir juntos!”

¡La situación cada vez era más increíble! Akeno-san, Koneko-chan y Asia me estaban abrazando fuertmente... ¿Esto podría contar como felicidad? Aunque había algo que no me terminaba de convencer. Estaba feliz, como si flotase en una nube, pero ¿¡por qué estaban peleándose todas entre sí!?

Estaba claro que aquella situación era una demostración de opulencia, pero la atmósfera estaba algo enrarecida...

Finalmente, Buchou no pudo soportarlo más y empezó a gritar.

“¡En serio! ¡Chicas! ¿¡Por qué no me hacéis caso!? ¡Soy vuestra ama!”

Buchou intentó aludir a su condición como ama para darles órdenes. En cualquier caso, las chicas no tenían la menor intención de hacerle caso sin más.

“Porque él es mi...”

“¡Ise-san!”

“¡Senpai!”

“¡Ise-kun!”

“¡No! ¡Es mío~!”

El grito entre lágrimas de Buchou resonó por toda la casa.

Ahora que el viaje de estudios estaba cerca, mi cama se había convertido en un campo de batalla en el que mis sentimientos se debatían entre la felicidad y la preocupación.


¿Seguro que podré disfrutar de un viaje tranquilo...?

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