miércoles, 31 de agosto de 2011

Durarara!!X1 Capítulo 1

No iba a colgarla hoy, pero como me aburro pues ea xD



Capítulo 1

Sombra

Sala del chat (vacaciones, por la tarde)

*Como iba diciendo… ¡el grupo más fuerte en Ikebukuro tienen que ser los Dollars!*

*Aunque no conozco a nadie que esté en los Dollars, he oído muchas cosas sobre ellos.*

*¡Eso es porque no les gusta ser el centro de atención! Además, ¡en internet todo el mundo habla de ellos!*

*Ya veo… Kanra-san, parece que sabes mucho de lo que pasa por Ikebukuro.*

*Nah… no es para tanto.*

*Ah… y y y, ¿habéis oído lo del incidente con el motorista negro?*

*¿Motorista negro?*

*Wow…*

*¡Ha dado mucho de que hablar en Shinjuku y en Ikebukuro! ¡Hasta salió ayer en las noticias!*

♂♀

- Tokyo, en algún lugar del distrito Bunkyo (un día normal, medianoche)

“¡¡Eres… un monstruo!! ¡¡AAAAH!!”

El chico lanzó un grito desgarrador, levantó el tubo de metal que tenía en la mano y salió corriendo. Era medianoche y el chico había salido disparado de la tienda. Estaba sujetando el tubo de metal tan fuerte, que éste tenía casi la misma temperatura que su cuerpo. Le sudaban las manos y las tenía entumecidas.

No había nadie, sólo  unos cuantos coches aparcados esperando a sus dueños.

Aparte de sus propios pasos, su fuerte respiración y el latido de su corazón, no se escuchaba nada más en el aparcamiento. Cada sonido resonaba en sus oídos.

Moviéndose entre las columnas, el gamberro gritaba, “¡Jo-joder! ¡Joder! ¡Joder! ¡Joder! ¡Me… me… me… va a matar! ¡A tomar por culo!”

Aunque sus ojos brillaban de furia, en sus palabras podía oírse claramente el miedo.

Hasta ese momento, el tatuaje que tenía en el cuello había intimidado y acojonado a todos sus enemigos. Pero hoy, el tatuaje se había deformado hasta ser algo que representaba su propio miedo. Un segundo después, el tatuaje índigo que se había hecho en un arrebato estaba marcado por la inconfundible marca de cierta bota negra—

♂♀

*La verdad es que es un rumor que lleva circulando desde hace tiempo. Como la mayoría de teléfonos tiene cámara, le han hecho varias fotos. ¡Y se ha extendido rapidísimo!*

*Ya, yo también lo sé. Pero la verdad es que no es una leyenda urbana, ni algo exótico o bizarro, ¿verdad? Imagino que serán seguramente las pandillas de moteros… aunque no se han estado reuniendo para echar carreras últimamente…*

*¡Pero lo más raro es que no tiene luces!*

*Eso si fuese humano, claro está…*

*No te entiendo.*

*Ah… dicho simplemente, ¡seguramente sea un monstruo!*

♂♀

Las botas chocaron contra el cuerpo con un suave crujido. El chico dio una vuelta en el aire antes de caer.

Aunque estaba medio inconsciente cuando cayó al suelo, le seguían temblando de miedo las extremidades. Hacía mucho frío y tenía el cuerpo entumecido, así que apenas podía sentir el cemento. Parecía que estuviese intentando escapar de una pesadilla. Se giró y vio lo que tanto miedo le causaba.

Lo que vio parecía una sombra—de hecho, la propia definición de la palabra. Era, sin lugar a dudas una ‘sombra’.

La sombra llevaba un mono de motorista completamente negro, sin ningún diseño ni marca. Era tan oscura que daba la impresión de que era algo negro que después habían oscurecido aún más. Si no fuese por las luces del aparcamiento, quizá no habría visto a nadie.

Pero lo que más llamaba la atención era el extraño casco que llevaba la sombra. Junto con el mono negro, los dibujos y la forma que tenía se unían creando una sensación artística abstracta. Aunque contrastaban, no desentonaban.

El visor del casco era oscuro, como los cristales de los coches de lujo. En él se podía ver el reflejo de las luces, pero no la expresión que había detrás.

“…”

La sombra lo único que despedía era una sensación de serenidad y no se parecía en nada a algo vivo. El chico observaba a la sombra con la mirada llena de terror y asco.

“¡N-n-n-n-no… no me acuerdo de haberle hecho nada a alguien con las pintas de Terminator!”

Podría haber parecido una broma, pero el chico no estaba para gastar bromas.

“¡H-habla! ¡Qué hables! ¿Quién eres? ¿¡Qué cojones eres!?”

Para el joven, la mera existencia de una sombra así era inconcebible. Había estado haciendo lo que se suponía que tenía que hacer, lo que siempre hacía en la última planta del aparcamiento. Se suponía que tenía que hacer unos ‘recados’ y largarse. El recado consistía en entregar unas ‘mercancías’ a un cliente y recoger otras ‘mercancías’. Eso era todo, y él había hecho lo que hacía siempre. ¿Qué cojones había salido mal? ¿Qué cojones había hecho para llamar la atención de ese… monstruo-?

El chico y sus ‘compañeros’ solo querían que hubiese sido un día de trabajo normal pero, hoy,  la rutina se había terminado sin previo aviso.

Mientras esperaban en la entrada del aparcamiento a que llegara un compañero, la sombra había aparecido de repente. La moto había entrado sin hacer un solo ruido, y se había parado a unos 10  metros de donde estaban.

El chico y sus colegas de habían dado cuenta de unas cuantas cosas ‘raras’ en el transcurso de la acción.

Para empezar, la moto, al pasar, no había hecho ningún ruido. Quizás se había escuchado el sonido de las ruedas contra el pavimento, pero no el motor. Por supuesto, el motorista podría haber apagado el motor y llegar allí con la inercia que tenía; pero aún así, antes de apagarlo el motor tendría que haberse escuchado. Pero ninguno había escuchado nada.

También era raro que la moto, al igual que el conductor, era toda negra. La chapa, el manillar, hasta las llantas eran negras. No tenía luces, y donde se suponía que tenía que estar la matrícula solo había una placa de metal negra. Sólo se podía distinguir lo que era la sombra porque la iluminaba la luz de la calle y de la luna.

Lo que era aún más peculiar, era que el conductor tenía en la mano un objeto enorme. El tamaño del objeto era comparable al del jinete, y, por la parte de abajo, soltaba un líquido oscuro que goteaba en el asfalto.

“¿Koji…?”

Uno de los compañeros del chico se había dado cuenta de lo que era ese objeto. El conductor, todavía subido en la moto, lanzó el objeto, no lo lanzó a “él” al suelo.

Era al que habían estado esperando. Al ‘compañero’ que llegaba tarde. Tenía la cara hinchada y llena de morados, como si le hubieran dado una paliza, y le salía sangre de la boca y la nariz.

“No puede ser…”

“¿Quién cojones es?

El sentimiento que tenían todos era más de extrañeza que de miedo. Ni siquiera estaban cabreados por la paliza que le habían dado a uno de sus colegas, probablemente porque el grupo estaba formado por unos cuantos colegas que no eran nada más que eso.

“¿Qué quieres? ¿Qué quieres? ¿Qué cojones quieres?”

Uno de ellos, el que llevaba una sudadera con capucha y tenía pinta de ser el más idiota, dio un paso adelante. El motorista era uno solo y ellos eran cinco. Tenían ventaja en cuestión de números, y debido a ello el chico se había envalentonado. Sin embargo, las cosas cambiaron en cuanto estuvo al lado de la moto. Ahora era uno contra uno y el único que lo había notado era el que estaba sentado en la moto.

“…”

Crunch.

Se escuchó un ruido terrible, sobrenatural. Uno que solo provocaba desazón al que lo escuchaba. Uno que hacía sonar las alarmas internas, gimiendo, ‘peligro, peligro…’

Al mismo tiempo, el chico de la sudadera cayó hacia delante, estampándose su cara de pleno contra el asfalto.

“¿Qué cojon-?”

Los demás estaban alerta. Prestaron atención a lo que tenían alrededor, como siempre que hacían un trabajo. Solo entonces se dieron cuenta de el enemigo era la moto que tenían delante y nadie más – y que la sombra que estaba montada en dicha moto estaba bajando la pierna hacia el suelo lentamente.

Estaban observando sus movimientos con atención. Acababa de poner la pierna en el suelo, lo que significaba que la había levantando, pero los más observadores del grupo no estaban mirando su pierna, su mirada estaba fija en otra cosa.

Estaban mirando lo que había debajo de la bota: las gafas que llevaba el chico de la sudadera.

Por fin se dieron cuenta de lo que había pasado.

-La ‘sombra’ montada en la moto le había pegado una patada al chico de la sudadera, dejándolo inconsciente en el acto.

Si le hubiesen visto la cara al chico, se habrían percatado de que tenía rota la nariz. La ‘sombra’ había calculado la distancia para que la patada no tuviera la fuerza suficiente para mandarlo a volar, mientras que usaba la hendidura de la suela para partirle la nariz.

Los espectadores no acababan de entenderlo. La mitad lo encontraba extraño. ¿Cómo podía caerse alguien en el mismo sitio después de una patada como esa? Sin pensárselo dos veces, la otra mitad del grupo sacó las porras y las pistolas eléctricas que llevaban en el cinturón.

“¿Qué… qué cojones ha pasado? ¿Eh… ah? Pero… ¿cómo lo ha tumbado?”

Mientras estaban dándole vueltas a eso, dos de ellos se lazaron contra el motorista mientras gritaban.

“Ah, hey…”

Mientras los chicos pensaban en lo que iban a decir, vieron a la ‘sombra’ bajarse de la moto sin hacer ningún ruido. Podían oír el crujido del cristal de las gafas. La ‘sombra’ avanzaba hacia ellos, con sus pasos silenciosos, sin ningún tipo de expresión. Sus movimientos eran elegantes, una sombra personificada.

Los siguientes eventos se grabaron profundamente en la memoria de los demás y parecía que se hubiesen hecho a cámara lenta. Quizás era porque era una situación demasiado surrealista para entenderla del todo, o quizás era porque a cada segundo que pasaba notaban más el peligro.

Uno de ellos apretó la pistola eléctrica contra la ‘sombra’.

-¿pero podía la electricidad traspasar el cuero?

Vio como la ‘sombra’ temblaba violentamente mientras se lo preguntaba. Aparentemente sí. Problema resuelto. El chico, aliviado, suspiró y le soltó dos descargas más, pero al segundo siguiente volvió a sentir como el pecho se le contraía de ansiedad.

La ‘sombra’ temblaba violentamente, pero alargó la mano para coger al chico que iba armado con la porra.

“¡¡ARGH!!”

Al contrario que la ‘sombra’, que sólo temblaba, el cuerpo del chico armado con la porra salió disparado hacia atrás y cayó al suelo.

“Cabrón…”

El chico de la pistola se dio cuenta de que la ‘sombra’ iba a por él y apunto hacia ella. La situación no mejoraba y la “sombra” le había empezado a cerrar la mano alrededor de su cuello.

Aunque se estaba resistiendo con todas sus fuerzas, la fuerza del agarre de la ‘sombra’ no disminuyó. Incluso después de asestarle una fuerte patada, del casco de la sombra solo emanaba calma y oscuridad.

“Eh… ah…”

Estranguló al chico de la pistola hasta que se le pusieron los ojos en blanco. Se derrumbó igual que el de la porra.

-Mala cosa.

Aunque no entendía del todo lo que pasaba, sabía que fuese lo que fuese no era precisamente bueno. No se había movido ni un centímetro. Incluyendo a Koji, cuatro de los seis que eran ya habían caído. El chico estaba aterrorizado, no porque fuese un cobarde, sino porque no tenía ni idea de lo que estaba pasando.

“Parece que se las apaña en un cuerpo a cuerpo…”

El chaval estaba acojonado, pero el compañero que estaba a la derecha estaba mucho más tranquilo y exponía su teoría.

“Ga-san”

En respuesta, el otro sólo dijo su nombre con desesperación. El hombre al que el gamberro había llamado Ga-san podría considerarse el líder del grupo. Observó los movimientos de la ‘sombra’ en silencio. Aunque no se podía ver miedo en sus ojos, no se podía decir que estuviese tranquilo del todo.

Ga-san sacó un cuchillo largo de la chaqueta. “No sé que llevarás… pero si te apuñalo con esto estás muerto,” dijo con precaución mientras sostenía el cuchillo en la mano y avanzaba hacia la ‘sombra’.

Giró el cuchillo. Era más largo que una daga, pero no tanto como un cuchillo como los que salían en los mangas. La empuñadura cabía perfectamente en la mano, y la hoja, que era más o menos del mismo tamaño, brillaba levemente.

“No me importa lo que has hecho, pero no pensarás que vas a irte como si nada… ¿no? ¿Eh?”

Las acciones de la ‘sombra’ lo hicieron pararse en seco.

La ‘sombra’ se inclinó y cogió los objetos que tenía delante: la porra y la pistola que habían llevado los otros dos.

“…”

El la mano derecha llevaba la pistola. En la izquierda la porra. Que actitud tan rara para un nito-ryuu[1].

En el aparcamiento reinaba el silencio.

“Eh… ¡Qué raro! ¿No vas a pelear cuerpo a cuerpo?” preguntó el líder, rompiendo el silencio. Parecía una pregunta más para sí mismo que para la ‘sombra’.

Aunque la pregunta parecía una broma, se podía escuchar el miedo en su voz. ¡Si le hubiesen atacado todos a la vez desde el principio! Ahora la cosa no tenía vuelta atrás y una retirada afectaría a su reputación.

El chico que tenía al lado estaba clavado en el suelo. Si el rival hubiese sido alguien de una banda rival o de la policía, se habría lanzado sin pensárselo dos veces. No, los cuatro lo habrían hecho.

Pero la ‘cosa’ a la que se enfrentaban era muy rara. Ya no se comportaban como lo hacían al principio. Delante de ellos había alguien que sólo llevaba un mono de motorista, pero el aura desagradable que emanaba de la ‘sombra’ le incomodaba, como si su propia existencia estuviese flotando hacia otro mundo.

Quizás porque había notado la incomodidad del otro, Ga-san apretó los dientes y gritó, “¡Tú, cabrón! ¡Sólo tengo un cuchillo y estás ahí parado sin hacer nada! ¡Cobarde!”

Mientras el otro le decía lo injustas que eran las cosas para él, la ‘sombra’ se levantó y encaró al líder. Y entonces vio como se materializaba ‘eso’ hasta ser algo tangible delante de sus ojos.

♂♀

*El motorista negro no es humano.*

*Entonces, ¿qué es?*

*Un idiota.*

*Dotachin dice que seguramente sea la muerte.*

*¿Dotachin?*

*La verdad es que  he visto… al motorista negro persiguiendo a alguien.*

*¿Quién es Dotachin?*

*¿Y llamaste a la policía?*

*Cómo podría explicarlo… Básicamente, tenía una cosa que hacía que no pudiese ser humano.*

*… ¡Hey, no me ignores! ¡¿Quién es Dotachin?!*

*Al principio no estaba seguro, pero entonces me di cuenta de que había salido de su cuerpo-*

*…*

*¿?*

*Creo que se ha desconectado.*

*¿Eh? ¡Pero si estaba contando la historia! ¿Qué salió de su cuerpo?*

*¿Y quién es Dotachin?*

♂♀

“¿…?”

Ante el chico y el líder, la ‘sombra’ estaba haciendo algo extraño. La pistola eléctrica que se había agachado para recoger estaba ahora sobre el asiento de la moto.

¿Quizás usar dos armas a la vez era demasiado agotador para él? Pensó el chico, hasta que vio que la sombra había cogido la porra con las dos manos-

La ‘sombra’ dobló la porra en dos como si fuese un palillo.

“¿Qué-?”

En sus caras pudo verse la misma expresión durante una fracción de segundo: el asombro. No entendían como había hecho eso. ¡¿Cómo cojones había podido doblar la porra así?! La ‘sombra’ era pequeña y no tenía pinta de tener una fuerza tan monstruosa como esa.

Que la ‘sombra’ hubiese despachado un arma especializada como esa sólo hizo aumentar su inquietud. Sentían como todo se iba volviendo más real.

La ‘sombra’ ya no tenía nada en las manos. El chico había cogido un tubo de metal que estaba apoyado en la pared. El líder vio el movimiento por el rabillo del ojo y levantó el cuchillo.

Tenían la frente perlada de un sudor frío. La sensación del sudor en la piel era la que los convencía de que todo esto era real.

“¿In… intentas asustarnos? ¿Eh?” dijo el líder mientras miraba la porra doblada.

Una gota de sudor se escurrió hasta su boca, mientras tragaba. En cuanto al otro chico, éste había dejado de mirar lo que pasaba alrededor. Sostener el tubo de metal mientras respiraba pesadamente era lo único que era capaz de hacer.

Su respiración se hacía más y más rápida, y se dio cuenta de que estaba temblando. Parecía que el intento por parte de la sombra de ‘asustarlos’ había funcionado.

La ‘sombra’ avanzó hacia ellos, como si quisiera observar más de cerca sus expresiones aterrorizadas.

“Sigues con las manos vacías. Tienes huevos.”

Comparado con el otro chico, que estaba acojonado del todo, el líder parecía que se había recuperado la compostura. Un brillo feroz apareció en sus ojos mientras apretaba con fuerza el cuchillo y empezó a andar hacia la ‘sombra’.

La distancia entre ellos era de unos tres metros. Un par de pasos, y podría alcanzarla con el cuchillo.
-Ga-san no se echaría atrás en el último momento. No se acobardaría.

El chico estaba seguro. Se puso detrás del líder, levantando el tubo preparándose para ayudar a su líder.

El líder avanzó otro paso. La incomodidad que había sentido antes se había transformado en una intensa ansia asesina. El chico reunió el valor  apoyar a su líder porque estaba seguro de que éste iba a atacar al otro con la intención de matarlo. No le importaba matar. Además, lo que tenían delante era una sombra, así que no se podía clasificar como matar a alguien.

El chico pensaba realmente que tenían posibilidades de ganar ahora que su jefe tenía la intención de matar. Cogió el tubo con más fuerza, pero la posibilidad de ganar y sus intenciones se esfumaron en un segundo.

Observaron como la ‘sombra’ echó la mano atrás y parte de su cuerpo empezó a crecer. Del cuerpo de la sombra salía un humo negro que, por la forma en que se movía, parecía que tuviese vida propia. El humo se había vuelto tan negro como el guante del motorista mientras se reunía en la palma de la mano de la ‘sombra’ y se retorcía como una serpiente.

La ‘corriente’ negra era especialmente intensa contra el cielo, como un pincel manchado de tinta que se hubiese metido en agua. Una vez que los movimientos de la ‘corriente’ se habían hecho más lentos, ésta empezó a condensarse y a formar un objeto que era tan oscuro como ella. La dos personas que estaban contemplando el espectáculo estaban completamente paralizadas y en silencio. Inmóviles, e iluminados por la luna y las luces del aparcamiento, los dos hombres lo entendieron por fin. Su rival no era humano. No era humano para nada.

Mientras el vapor negro se separaba del cuerpo de la ‘sombra’, se dieron cuenta de que una nube de humo negro estaba envolviendo su cuerpo, difuminando su figura hasta que, a excepción del casco, solo se veía algo borroso.

No tenían ni idea de cómo actuar en una situación así. Estaban totalmente confundidos. Escapar ya no era  una opción, así que lo único que les quedaba era volver al plan de antes. El que empuñaba el cuchillo, aturdido, echó hacia atrás la mano que sujetaba el cuchillo y la movió hacia delante, apuntando hacia el abdomen de la ‘sombra-’

Pero en el momento que el cuchillo entró en contacto con el cuerpo de la sombra, el líder sintió una fuerza echando hacia atrás el cuchillo. No soltó el cuchillo, pero sí que perdió el equilibrio, dejando una apertura a la sombra para contraatacar.

“¿¡!?”

Se pudo ver la masa negra que había repelido el cuchillo.

La ‘cosa’ era completamente negra. Más negra que la más profunda de las oscuridades. Parecía que absorbía la luz que había alrededor, agitándose como si estuviese viva. El objeto que había salido del humo negro estaba completamente fuera de lugar en una de las áreas más modernas de Japón, pero una ‘sombra’ vestida de motorista lo estaba blandiendo, así que se mezclaba perfectamente con lo que tenía alrededor.

El objeto que se había materializado en la mano de la sombra era más amenazante en la oscuridad de la noche.

Cualquiera que lo viese lo asociaría inmediatamente con la ‘muerte’.

-La ‘cosa’ era casi tan alta como la ‘sombra’- una guadaña enorme.

♂♀

-Kanra se ha conectado-

*Perdón, me he caído~ Estoy teniendo problemas con la conexión a internet hoy, así que me parece que me voy a ir a dormir~*

*Oh, buenas noches pues~*

*¡Pero no  has terminado de contar la historia! Y, por el amor de dios, ¿quién es Dotachin…?*

*Te lo diré la próxima vez~ Ah ah, pero te voy a contar una última cosa-*

♂♀

Al final, el chico había acabado así.

No tenía ningún sitio al que huir en el aparcamiento.

No sabía que le había pasado a su líder. El chico no es que fuera particularmente valiente, pero después de haber visto lo que había visto esa noche, no le importaba. Pero todavía no había visto la guadaña.

Al principio se decía a sí mismo que todo lo que había visto era una ilusión. Después se dio cuenta de que no importaba lo que pensara que era, eso no iba a cambiar nada, así que decidió dejar de pensar en ello.
Recibió una fuerte patada en el cuello. Aunque había oído el ruido de los huesos al recibir la patada, no le parecía que tuviese los huesos rotos. El intenso dolor que sentía estaba centrado en la articulación del cuello. Dolía tanto que estaba casi entumecido.

Pero, en ese momento, el dolor no era mucha cosa para el chico.

“Por favor… po-por favor… por favor… espera… p-por favor e-es…pera… por favor… espera…” dijo como el patético perro perdedor que era.

Por fin había entendido la situación en la que estaba. Aunque le parecía que estaba soñando y no podía encontrarle la lógica a lo que estaba pasando, el miedo que sentía era lo suficientemente real para que se diese cuenta de que estaba despierto.

Aunque no lo entendía todo. No entendía qué era la ‘sombra’ (puede que un dios) o por qué estaba metido en un problema así.

Eran gajes del oficio. Los trabajos que hacía eran peligrosos y estaba claro que se iba a ganar unos cuantos enemigos por el camino, pero los ‘enemigos’ normalmente eran miembros de otras bandas o de la policía, e incluso algunos de sus objetivos – inmigrantes ilegales o algún que otro crío que se había escapado de casa.

Se preparaba mentalmente para cada trabajo y se aseguraba de no meterse en líos mientras los hacía, pero nunca se había esperado encontrarse con una ‘sombra’ vestida como un motorista y no tenía ni idea de que podía hacer ahora que lo había hecho. El mejor plan que se le ocurría era retirarse, pero ahora, estando atrapado como lo estaba, eso no era posible. Ahora las únicas posibilidades eran morir honorablemente o rendirse, pero no sabía los motivos que tenía su oponente así que no se sabía por cuál decidirse. Finalmente, desesperado, el chico intentó negociar desesperadamente con la ‘sombra’. Tenía miedo de que, si no hablaba, acabaría consumido por su propio miedo.

“Te… te has equivocado de persona… no voy a resistirme… así que deja que me vaya… por favor… lo siento, ¡lo siento!”

Sentía escalofríos recorriendo todo su cuerpo, como si algún yakuza lo estuviese apuntando a la cabeza con una pistola. No se movió ni hizo ningún ruido mientras la ‘sombra’ veía como el chico que antes estaba tan envalentonado ahora no hacía más que suplicar. Todo lo que hacía era mirar a su alrededor, como si estuviese buscando algo. Dándole la espalda al chico, se dirigió hacia la furgoneta que estaba aparcada.

Era un vehículo muy común en la estación de Ikebukuro. De noche, era imposible ver lo que había dentro ya que tenía los cristales tintados.

Era como si la ‘sombra’ pudiese ver a través de los cristales tintados ya que avanzaba hacia la furgoneta sin ninguna duda.

¿Ah? ¿Eh? ¡Joder!

Esa era la furgoneta que usaban para ‘trabajar’. Aunque no sabía qué era lo que se proponía la ‘sombra’ y de que habían mas coches aparcados, estaba claro que el objetivo de la sombra era la furgoneta.

¡Hey! ¡Espera! ¡Mierda! ¡Estamos jodidos!

El comportamiento inesperado de la ‘sombra’ había paralizado de miedo al chico. Su mente estaba llena del miedo que le provocaba la ‘sombra’, pero ahora se estaba manifestando otro tipo de miedo  más profundo…

Eh… eh… ah… ah… ¡Espera! ¡Espera aaaaaah! ¡Si… si ves lo que hay dentro de la furgoneta estamos acabados! Oh joder, que mal. Mierda, mierda, mierda…

¿Qué cojones está haciendo? ¿Qué cojones se cree que está haciendo?

Ahora, había dos miedos en la mente del chico. El primero era el miedo a lo sobrenatural que estaba viendo, el otro era el miedo a la realidad que se abría ante él…

Si ve lo que hay dentro de la furgoneta estoy totalmente seguro de que la policía se va a enterar, ¡y puede que hasta se ‘encarguen’ de mí! ¡Me matarán y enterrarán mi cuerpo en el Monte Fuji!

Sus pies temblaron violentamente.

Tengo que pensar en algo… y rápido, pero no sé como puedo cargarme al intento de motorista este.

En cuanto pensó en su muerte, empezó a estrujarse el cerebro en busca de una solución.

Y, un poco después, por fin había dado con una: había ido al aparcamiento en su coche.

La ‘sombra’ estaba a unos diez metros de la furgoneta cuando se detuvo silenciosamente. Escuchó el ruido de una puerta de coche cerrándose. Iba a girar la cabeza cuando se escuchó el ruido de un motor poniéndose en marcha en el aparcamiento.

La ‘sombra’ se giró y vio un descapotable rojo dirigiéndose  hacia ella. Aceleraba muy rápido, por lo que la ‘sombra’ no tenía tiempo de esconderse detrás de una columna.

La ‘sombra’ dudó, y decidió abandonar su plan original para cargar contra el descapotable. El plan original consistía acercarse todo lo posible al coche para después apartarse a un lado, pero no se imaginaba que el chico estaría tan aterrorizado como para acelerar así. Esto no le dejaba a la ‘sombra’ ningún hueco. El chico giró el volante con fuerza en su dirección.

Se escuchó el ruido de algo chocando y la ‘sombra’ salió volando por los aires. La sombra aterrizó en el cemento con un ruido sordo.

“¡Jajajajajajajaja! ¡Te lo has ganado! ¡Esto te pasa por meterte conmigo! ¡Cabrón!”

Notar el golpe que se había dado la ‘sombra’ contra el coche había envalentonado al chico. Tanto, que se bajo del coche sin esperar a que este se hubiese parado del todo. Recogió el tubo de metal, dispuesto a darle el golpe de gracia a su enemigo, pero-

“¿¡!?”

Había caído un objeto negro delante de la ‘sombra’.

Con esa forma, sólo podía tratarse del casco que llevaba la sombra.
Lo que más asustaba al chico no era que se le hubiese caído el casco, sino la singularidad de la ‘sombra’ que lo llevaba.

“Cabeza… cabeza…”

No tenía cabeza.

¿¡Se la he cortado yo?! ¡Pero eso es imposible! He matado a alguien… aunque ha sido en defensa propia…

Pero… no puede ser… ¿por qué? Espera… espera… no puede ser…

Todo era tan raro que el chico estaba completamente alucinado.

Ni se había dado cuenta.

Del cuerpo sin cabeza no salía una gota de sangre.

♂♀

*El motorista negro- no tiene cabeza.*

♂♀

El aterrorizado chico se acercó al cuerpo sin cabeza y, sin ningún aviso, la ‘sombra’ sin cabeza se levantó.

♂♀

*No tiene nada sobre los hombros, pero aún así puede moverse.*

*Bueno, buenas noches a todos~*

-Kanra se ha desconectado-

♂♀

“¿¡Auugh!?”

Aunque estaba contemplando el peor de los escenarios posibles, el chico no tenía miedo. Estaba anonadado.

¿Conspiraciones secretas? ¿Disfraz? ¿Robot?
¿Super Tsuburi[2]? ¿Hologramas?
¿Sueño? ¿Ilusión? ¿Alucinación? ¿Truco?

Cualquier explicación posible despareció sin dejar rastro antes de que pudiese parar a pensarlas.

La estupefacción del chico podía explicarse con el hecho de que había arrollado a alguien con el coche, y que ese alguien estaba como sí nada delante de él.

El humo negro empezó a salir otra vez de su espalda y se convirtió en una guadaña.

La estupefacción se había transformado en puro terror; el chico abrió la boca y grito inconscientemente con desesperación.

Y en el momento en que respiró, algo impacto con fuerza contra su garganta-

Y la oscuridad envolvió el mundo que el chico conocía.

♂♀

MP Mode[3]: *Hey Setton-san… quiero preguntarte algo.*

MP Mode: *Dime.*

MP Mode *¿Qué pasa? ¿Algo que los demás no pueden ver?*

MP Mode *¿Kanra-san siempre hace cosas como esa?*

MP Mode *¿No tendría que haber pasado ya esa etapa?*

MP Mode *No es nada malo, es sólo que he entrado en esta sala del chat porque me ha invitado Kanra-san.*

MP Mode *Yo también. Aunque Kanra-san es un poco egocéntrica es bastante maja.*

MP Mode *Y sabe muchas cosas que nosotros no sabemos.*

MP Mode *Pero no sabemos cuales son verdad. Ah, tengo que recordarte una cosa.*

MP Mode *Estábamos hablando del motorista negro que deambula por la ciudad, ¿verdad?*

MP Mode *Bueno, creo que cuanto menos tengamos que ver con cosas de esas, mejor~*

MP Mode *Buenas noches~*

-Setton se ha desconectado-

MP Mode *¿Eh?*

MP Mode *Se ha ido. Buenas noches~*

MP Mode  *Bah, da igual.*

-Tanaka Taro se ha desconectado-

♂♀

El motorista sin cabeza recogió el casco y se lo puso. El poco humo negro que salió del cuello parecía filtrarse y fundirse con el casco.

Cuando terminó, el motorista se dirigió como si nada hacia la furgoneta.

En la salida del aparcamiento-

El motorista sin cabeza se fue sin hacer ningún ruido. Había terminado su trabajo. Se encargó de la gente que había tirada en el suelo, sin estar seguro de si alguien había pasado por allí, o de si los que habían pasado por allí habían ignorado todo el asunto.

Una moto negra se detuvo en la oscuridad, el motor ronroneando como si le estuviese dando la bienvenida a su dueño. El motor no había hecho ningún ruido mientras avanzaba por la carretera, pero empezó a rugir por su cuenta, aunque la llave no estuviese puesta en el contacto.

El motorista, en respuesta, acarició el depósito de gasolina y el manillar. La moto parecía contenta y el ronroneo paró, permitiendo montar al motorista.

La moto negra sin luces llevó a su motorista.

En medio de la noche sin estrellas.

Sin hacer un solo ruido, como si se disolviese en la oscuridad-





[1] Nito-ryuu: arte marcial que implica el uso de dos espadas.
[2] Super Tsuburi: Juego japonés que consiste en cambiarse de disfraz lo más rápido que se pueda y sin que se note.
[3] MP: Mensaje privado.

5 comentarios:

  1. Mola, pero joder... la parte de las conversaciones del chat son bastante complejas de seguir xD

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  2. Eso díselo al que lo escribe xDDD
    Además, Durarara!! no molaría tanto si no fuese tan parra xD

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