domingo, 21 de agosto de 2011

Durarara!! X1 Prólogo

Antes de poner la traducción y bla bla bla, quería hacer dos pequeños comentarios (si es que se pueden llamar así xD)

1. Dejar el link de donde estaban las traducciones en inglés, ya que sin esas traducciones no habría podido ponerme a traducirla yo al español xD

http://differentclouds.livejournal.com/

2. Es la primera vez que traduzco una novela, así que habrá fallos a cascoporro pero menos da una piedra, así que ea xD






Prólogo.

¡Es genial! ¡Genial! ¡Más que genial! ¡Hay tantas cosas que aún no se sobre la ciudad! Incluso mientras hablo, aparece algo nuevo y algo desaparece. ¿cómo puedo irme de un lugar donde hay tantos humanos? ¡HUMAN LOVE! ¡Adoro a los humanos! ¡Os adoro a todos!

En Ikebukuro, Tokio, se reúnen grupos extraños de gente: jóvenes que desean una vida extraordinaria, gamberros que no hacen más que causar problemas, acosadoras que están locas, informantes que venden información para divertirse, médicos ilegales que tratan “enfermedades” extrañas, estudiantes obsesionados con el ocultismo y, claro está, un motorista sin cabeza.

Juntos, estos extraños personajes cuentan una historia poco común, e intrigante, ya de paso.  Pero, aunque son así de retorcidos, todavía pueden hablar de amor.

Esta es una historia retorcida:

­— ¡Seiji-san! ¡Seiji-san! ¿Estás en casa? ¡Soy yo otra vez! Vaya, ¿has vuelto a cerrar la puerta con llave? ¡Ahora no puedo entrar!

Peligro, peligro. La acosadora se ha vuelto a meter en mi casa. No usa el timbre por lo que no para de dar golpes en la puerta. ¿Qué cojones está pensando?

— ¡La puerta está cerrada! Seiji-san, no estás durmiendo, ¿no? ¡Ah, es la primera vez que me encuentro con un chico dormido! ¡No tengo vergüenza!

Advertencia, advertencia… He estado alerta desde la semana pasada. La semana pasada salvé a dos idiotas de unos gamberros. Les pregunté y me enteré de que iban al mismo instituto que yo y de que íbamos a estar en la misma clase. Pero nunca habría imaginado que las cosas iban a terminar así. Una era una santurrona, pero la otra…

— Bueno…  la verdad… ¡Es que siempre me ha gustado Seiji-san! ¿te acuerdas? Cuando hicimos el examen de acceso, ¡estaba sentada al lado, Seiji-san! El chico que tenía sentado a mi derecha tenía un nombre genial, “Ryuugamine Mikado” o algo así, y como quería saber como se llamaba la persona que estaba sentada a mi izquiera giré la cabeza y- ¡fue amor a primera vista! ¡Desde ese día siempre me he acordado del nombre de Seiji-san! En aquel momento no tenía el valor suficiente para declararme… pero la semana pasada, Seiji-san me salvó y en ese momento pensé… ¡que tenía que ser el destino! ¿Sabes cuánto valor me dio eso? Así que--- Así que deja que vuelva a verte, ¿vale? ¡Seiji-san, quiero volver a ver tu cara! Por favor, por favor, ¡por favor Seiji-san!

Cuidado, cuidado… Después de salvarla, la chica me siguió a casa. Y lo hizo todos los días de la semana siguiente. Aunque le dijese que se largara varias veces. ¿Todas esas gilipolleces que acaba de decir? Las he oído miles de veces.

— No estarás enfermo, ¿¡no, Seiji-san!? ¿Estás tan enfermo que no puedes contestarme? ¡Eso no está nada bien! ¡Date prisa y abre la puerta, Seiji-san! ¡Desde el día del examen de acceso, he estado reuniendo información sobre ti Seiji-san! Sé cuando es tu cumpleaños, cosas de tu familia… ¡Lo sé todo sobre ti!

Policía, Policía. Le dije que iba a llamar a la policía- Después de decirle eso, se echó atrás.

Tres horas después de la invasión, suponía que esa chica ya se habría ido a su casa, así que decidí ir a comprar unas cosas a la tienda de abajo. Mientras sostenía un tubo de pasta de dientes y una revista en la mano, pasaron por mi mente imágenes de esa chica.

Mi primera impresión de ella fue que era una chica bastante guapa con un toque de madurez y sofisticación. Quizás una “señorita muy guapa” sería una mejor descripción. Pero, ¿por qué una chica como ella no tenía novio? Lo que acababa de experimentar contestaba a esa pregunta perfectamente. No importa que la chica fuera guapa, rechazaba educadamente todas sus muestras de cariño. Si hubiese sido alguien que quisiera una novia, no habría tenido que pensarse las cosas dos veces para aceptar su amor; en cuanto a mí, no me interesa. No me interesa para nada. Porque yo ya tengo “novia”.

Pero, y la ceremonia de entrada de mañana, ¿qué? No dejaba de pensar en ello mientras andaba por el angosto pasillo hacia mi apartamento.

Si voy mañana al instituto, voy a tener que verla. Creo que sería mejor no ir. Ah… no importa. Ya tengo novia. Es callada y preciosa, mucho más que esa chica. Mientras esté con ella, no importa si voy al instituto o no. Quizás debería trabajar en la oficina de mi hermana y ser uno de esos estudiantes que trabajan a tiempo parcial o algo por el estilo.

¡Ah, ya me acuerdo! Por fin me acuerdo de por qué salvé a esas chicas. Aunque son cosas completamente distintas, esa chica se parecía a mi novia, así que tuve que salvarla. Ahora que lo pienso, fue algo muy estúpido. La salvé porque se parecía a ella, ¿pero como iba a saber qué era ese tipo de persona?

Seguía pensando en ello cuando metí la llave en la cerradura.

¿Eh? Raro.

La puerta estaba abierta.

Peligro, peligro- mi cuerpo entero se tensó.

Las sirenas estaban sonando. Abrí la puerta y vi unos zapatos de chica.

­— Se- Seiji-san…

Nada más entrar en el apartamento, vi a la acosadora allí. Sin moverse.

Fue en ese momento cuando me di cuenta de que, aunque estuviese mirando a la chica que se había colado en mi casa, estaba extrañamente tranquilo. Porque había estado mirando la expresión que tenía en todo momento.

Así que forcé a salir de mi boca unas cuantas palabras, palabras que eran frías, más frías de lo que había esperado. Tan frías que hasta yo mismo estaba sorprendido.

— ¿Así que la has visto?

— Eh… esto… yo… uh…

La expresión que se reflejo en su rostro era una completamente diferente a la que había mostrado antes. Era una expresión llena de miedo e inquietud.

….Hm, así que hasta ella era capaz  de usar esas expresiones.

Entonces, estuve seguro. Seguro de que esa chica había visto lo que no tenía que ver.

— Esto… esto… Seiji-san… yo… ¡no se lo diré a nadie! ¡Aunque seas así, Seiji-san me sigue gustando!  Um… así que… ¡así que no te preocupes! No me importa que aficiones tengas, me acostumbraré a ellas… así que…. eso….

Se habían cambiado las tornas. Ahora era ella la que no podía atacar.

— Está bien.

— ¡Seiji-san!

Después de oír eso, parecía que la acosadora volvía a tener esperanzas.

— Está bien

— ¿Sei…ji-san?

Se percató de la frialdad en mi mirada. En ese momento, una nube de inquietud pasó por su cara. Quería ver una expresión de absoluta desesperación, así que repetí:

Está bien.

— ¡Seiji!

Esa noche, cuando mi hermana llegó con dos de sus subordinados, estaba sentado comiendo ramen. Los dos subordinados cogieron el cuerpo de la acosadora, lo metieron en una maleta y se lo llevaron. Mi hermana le echó un vistazo a la habitación, vio las manchas de sangre en  la pared, y me abrazó fuertemente:

— Está bien, no te preocupes por nada.

Aunque su abrazo era cálido, me di cuenta de que era difícil comer mientras me abrazaba.

— Seiji, no tienes que preocuparte de nada. Tu hermana se encargará de todo, ¿vale?

— Hermana, no me importa esa chica. Solo me importa “ella”.
— Así que fuiste tú el que se la llevó… no importa, simplemente deja que tu hermana se encargue de todo. No hay ningún problema, mientras esté aquí, no dejaré que te pase nada, Seiji… especialmente con esos policías. No dejaré que te lleven a ninguna parte. Nunca. Nunca, así que puedes estar tranquilo.

Cuando terminó de hablar, mi hermana dio un par de órdenes a sus subordinados y se fue.

No creo que sea buena idea trabajar en la oficina de mi hermana porque parece que tiene conexiones con los bajos fondos que la compañía no conoce. Como esos subordinados de hoy. Habían visto un cadáver y habían obedecido las órdenes sin pestañear. Eso no era buena señal.

No voy a trabajar con gente así. Si lo hago, ¿acabaré siendo como ellos?

Y si me acabo siendo como ellos y me arrestan, ella se quedará sola. No voy a permitir que pase algo así. Nunca la dejaré sola.

Mientras miraba a los subordinados de mi hermana limpiar las manchas de sangre de la pared, me terminé el ramen.

Ah, esos fideos estaban asquerosos.

Esta es una historia bastante retorcida.

--- Una… historia de amor retorcida.

1 comentario:

  1. Una pequeña corrección, Seiji solo salva a una persona (mujer) de los delincuentes, por lo que es acosado y no: "La semana pasada salvé a dos idiotas de unos gamberros" Con lo que el resto ya esta fuera de concordancia =D

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